04 d’abril, 2006

Lo prometido...

Tal como os prometí, el artículo que ha salido hoy en el Diari de Girona, traducido:
El respeto es la puerta de la paz
Los profesores del IES Serrallarga de Blanes piden más protección. En un instituto de Llançà quizá están haciendo lo mismo. Que haya algún estamento que les proteja. ¿Contra qué? ¿Contra quien?... Es muy fuerte decirlo, pero se pide protección contra la misma sociedad que les (nos) forma.

No lo entiendo. Nos quejamos porque nuestros niños no van bien de ninguna manera. No sólo en cuestión de aprendizajes, sinó también en cuanto a su educación cívica. Padres y madres intentan educar a sus hijos y a sus hijas.

Educar (del latín ex ducere) quiere decir encaminar, sacar al alumno de la ignorancia para conducirlo a la sabiduría. Pero educar es reprimir, mal que nos pese. Educar quiere decir imponer normas, hacer cumplir leyes, poner límites. Porque una persona, si no tiene límites, se puede caer, puede hacerse daño y también puede hacer daño a los demás. Un daño genérico, claro. Y si un niño pequeño se sale de los límites con sus padres, con mucha facilidad se saldrá de los límites con las otras personas porque no sabrá distinguir. Y es que quizá no sería necesario, eso de tener que hacer una distinción (Con éstos me puedo pasar hasta aquí. Con estos otros, sólo me puedo pasar hasta allá. Huy, con estos de aquí no me puedo pasar ni un gramo) Qué ridículo, ¿no?

Los padres merecen respeto, claro está, pero las demás personas también. De hecho, todo el mundo merece respeto. Aquí está la cosa. Y en nuestra sociedad actual hemos acabado desaprendiendo – si se me permite la palabra- aquel respeto que nos deberíamos tener los unos a los otros, aunque sólo sea porque todos somos personas. La sociedad es algo dinámico y vivo, no un ente muerto y estático, por lo tanto, se va formando y va evolucionando día a día, junto con la evolución de las personas. Tengo la sensación de que lo que estamos haciendo, quizá sin querer, es una involución. Desde el momento en que todo un “señor” diputado es capaz de insultar a otro señor en el Congreso, está abriendo las puertas para que unos padres se vean capaces de agredir – aunque sólo sea verbalmente- a un profesor que intenta que su hijo camine, aprenda, se eduque, respete.

Si entendemos bien que lo que queremos es hacer de nuestros hijos/alumnos personas que evolucionen hasta la autonomía, también deberíamos entender que les tenemos que procurar unos caminos a través de los cuales sean capaces de caminar acompañados, al principio, solos, después.
Llegados a este punto, es necesario tener en cuenta que este acompañamiento del que hablamos no debe hacerse desde la desidia, sino desde el amor. Y que este acompañamiento no se puede delegar de ninguna manera. No según en qué temas.

13 comentaris:

P@P@LLoN@ GRoG@ ha dit...

Las gracias a tus palabras y a tu persona. Podría incluso darlas en nombre de todas las demás personas, pero creo que sería más correcto que ella mismas se tomasen la molestia, ¿no?

Estoy muy contenta de haberte conocido, algún día nos tomaremos esos churros frente al mar. O tal vez, una cervecita doradita con su espuma blanquísima.

Una sonrisa y un beso.

Montse ha dit...

hmmm... la cervecita, la cervecita!! Los churros no me acaban de gustar, jo sóc de pa amb tomàquet i pernil ;)

Anònim ha dit...

muy interesante, y difícil de debatir sin mucha calma y sentido común, lo digo por lo que me toca en cuanto a Maestro. Sí, aunque me veas profiriendo palabrotas en ciertos momentos, procuro distinguir cuando lo hago: soy intolerante con la intolerancia en mi espacio bloc, básicamente. Por lo que respecta a los alumnos de primaria yo diría que no hay ningún grave problema de seguridad en las escuelas, pero sí mucho por mejorar. Sabiendo que los institutos son polvorines a punto de explotar, no se está programando ningún plan de choque general contra esa tendencia des de los ciclos de primaria. Da la casualidad que he estado realizando unas prácticas en una escuela londinense, este invierno pasado, y he comprovado que allí sí que se hace algo des de las más tempranas edades. Existen las normas y son sagradas. Nadie se las puede saltar. Eso no significa que la escuela sea un infierno, al contrario, los alumnos van felices y tranquilos sabiendo a lo que van.
Otros problemas de seguridad también tienen, pero no es por falta de disciplina o de educación cívica. Da la sensación que vivimos en un modelo de sociedad que genera inseguridad en cualquiera de sus intentos educativos. Básicamente la creciente diversidad en las escuelas es complicada de manejar. Muchos problemas sociales, familiares, dejan su huella en la escuela. Si las personas crecen expuestas a la inseguridad, el modelo social va empeorando. Así es como en Sta Coloma de Farners, asesinaron a un alumno de un cuchillazo en el patio del instituto.
He encontrado padres y madres que dicen haberse rendido con sus hijos y han renunciado a luchar porque son como animales. Soy de la opinión que hay que ofrecer buenas herramientas a estos revolucionarios del presente y futuro que miran la tele todas las noches, duermen y comen como les da la gana, etc. Pero, también me parece que los maestros deben tener sus armas para los casos extremos. No se debe acostumbrar a los irrespetuosos a obrar libremente, mientras que se debe intentar concienciar sólidamente sobre lo que son los valores de la convivencia. Esto no es posible si no se empieza legislando adecuadamente, y aun estamos perdidos en ese trance político. Bueno, he dicho. Tampoco hay que alarmarse, mientras siga habiendo buenas escuelas, que haberlas haylas. Y besos a todo el mundo.

Anònim ha dit...

Cuando un post genera un buen comentario es que es un buen post.

Montse ha dit...

Vaya, segunda vez que escribo, espero que ahora las palabras no se vayan "a lo virtual"... decía que con lo sencillo que suele ser todo y de qué manera nos lo complicamos... tanto desde el punto de vista del alumno como desde el punto de vista del profesor, como del de los padres.

Si,si, de verdad, todo es mucho más sencillo de lo que parece... pero nos empeñamos en complicarlo.

No sabía que eras maestro, jcp, ja saps el pa que s'hi dóna, doncs!

Manel, gràcies.

Petonets a tots dos!

Trenzas ha dit...

Desde los comentarios que oigo de labios de una amiga enseñante que tengo aquí cerca, no puedo sino darte toda la razón. Aunque tambien te la doy desde el punto de vista de persona normal que ve como van las cosas y cuanto falta eso tan imprescindible que llamamos respeto. Educar en el respeto. ¡Menuda tarea en estos tiempos! No me cuesta nada acordarme de mis tiempos de estudiante cuando era impensable de todo punto, faltarle al respeto a un profesor.
Echo de menos una máquina del tiempo que nos retrotraiga a un tiempo en que los niños sabían lo que era saludar al entrar en casa o en clase, dar las gracias, pedir las cosas por favor y abrir la puerta a las personas mayores.
Supongo que esos especímenes estan en vías de extinción a pasos agigantados. Claro que el otro día, releyendo a Cicerón, encontré un párrafo en las Cartas a Lucilio, en las que se lamentaba de la mala educación de los jóvenes y hasta de las "melenas" con que se adornaban :D
Quizá sólo sea que la historia de está repitiendo.
Buen post, amiga. Un beso

Albert ha dit...

Como siempre me ha gustado leerte, pero creo que la clave es cuando te refieres a los límites. Creo que se ha impuesto la cultura de lo ilimitado. Aunque no se trata de lo mismo, el éxito de los deportes de aventura está en que con estos deportes se superan los (tradicionales) obstáculos. Las drogas también son para no tener límites, sean físicos o de temperamento, es decir, no cortarse ante los demás. Si el pecho es pequeño, pues más silicona, tampoco hay límites. Si hay una peli que se llama Misión Imposible es para luego decirnos que no hay nada imposible, no hay límites en nada. En Marbella tampco, el mundo es jauja y es lo que estamos enseñando

bellosoli ha dit...

Estic molt d'acord amb el teu article. L'educació comença per un mateix però tothom hi està involucrat. M'horroritzo quan veig al congrès uns diputats que quan parla un altre d'un partit diferent comencen a alçcar la veu en to de burla i, fins i tot, insulten, per no deixar sentir la veu del conferenciant. Desprès no podem esperar que a les aules no passi el mateix.

Els pares es desentenen massa de l'educació dels fills, exigint que sigui l'escola qui faci una feina que, en part, també els hi toca a ells.

I el resultat de tot això és que la gent creix només estimant-se a si mateixa, capritxosa i menyspreuadora dels sentiments aliens. I el més dur t'ho trobes quan aquella persona a qui tant estimes et diu que no li importes i ho justifica "porque mi mundo soy yo, y lo unico importante soy yo". I se't trenca l'ànima de saber que hi ha massa gent que pensa així.

La lluita per canviar les coses comença per un mateix, per intentar ser cada dia un xic millor, acceptant les nostres limitacions però procurant apropar-nos a l'horitzó.

Anònim ha dit...

Los problemas de la escuela no son nuevos, llevo más de trenta años trabajando en ella, y creo que puedo tener una cierta perspectiva, aunque toda experiencia es limitada y individual, claro. Es un problema sin solución porque enfrenta temas como la autoridad y la libertad, sujetos a valores diversos y variables. Es un problema social, no sólo de la escuela. La institución escolar no responde a la sociedad actual y no se buscan nuevas formas de tener entretenidos y educar al mismo tiempo a nuestros niños y jóvenes. La imaginación se ha congelado. Recuerdo, de los setenta, y anteriores, títulos como 'La escuela ha muerto', 'El fracaso de la escuela' y otros. Ya no se leen, lástima. Quizá encontrásemos allí algunas claves de lo que pudo haber sido y no fue. Por otro lado creo que se magnifica este fracaso, las situaciones conflictivas no son mayoritarias y la normalidad no tiene audiencia. Recuerdo un profesor de la Normal, Arare lo recordará también, el señor Llopis, (qué fue de él?), que decía, comentando lo mala que era la escuela entonces: 'a pesar de todo, los niños aprenden'. Sí, porque de todo se aprende. En un mundo de valores relativos, de acceso mayoritario de todas las capas sociales a la educación, de cambions constantes en las situaciones familiares y laborales, de migraciones diversas, cómo no va a haber problemas ni situaciones conflictivas? Lo importante es saber reaccionar de alguna manera positiva, prevenir cuando se pueda -vana ilusión, a veces- y apoyar al débil i al tratado de forma injusta. Mientras no inventemos otra cosa, la escuela -y el instituto, y la universidad- continuará, aunque yo creía que esas instituciones también desaparecerían o se transformarían de manera muy diferente a cómo lo han hecho. En fin, un tema complicado.

Montse ha dit...

Seguiremos hablando de todo esto, si os parece bien, es muy interesante conocer las posiciones (o hay que decir posicionamientos) en fin, las opiniones con sus matices, de personas de diferentes edades y maneras de pensar.

Julia, yo recuerdo al Sr. Llopis como autor de uno de los libros pero no lo tuve como profe, creo que tuve (digo creo porque se me confunden algunas cosas) al Sr. portugués, que además de dar esta clase nos daba dibujo y que tenía unas manos de las que me enamoré (ahora y alo puedo decir)... però com l'Aguirre i el petrus, cap, eh? he he he... (ahora que no nos oye nadie)

Albert, tienes mucha razón en lo de los límites. Ahora "lo que vende" y "lo que mola" es saltárselos. Pero es, al mismo tiempo, un riesgo. No me meto en juicios morales, siempre he dicho que respeto la libertad de toda persona humana, pero sí me reservo el derecho a decidir hasta qué punto yo me saltaría un límite y/o se lo dejaría saltar a mis hijos, por lo responsable que me siento de ellos, hasta su mayoría de edad.

Bellosoli... lamento que te hayan hecho daño. Creo que deberíamos seguir una máxima con las personas a quienes queremos (aunque yo no lo haga siempre, eh? que ya sabes que en casa del herrero...) y es "Decirles a las personas que queremos que las queremos, nunca es demasiado" (o algo así).

Petonets per tots, que esos no se gastan!!!

¡Gracias, again, por leer, por opinar y sobre todo por estar!

Anònim ha dit...

Ai, el Petrus, també m'agradava, també. Amb aquella 'egue' que se li entrebancava, tan sensssssual. L'Aguirre no el vaig tenir, i vaig enamorar-me intel·lectualment -més o menys- també del senyor Tuson que ara està per la universitat...

P@P@LLoN@ GRoG@ ha dit...

Heu tingut al Petrus? A veure que passa aquí ... això sembla una acasa de mestres.
Apa que bé!
Ja podem fer un claustre, no?
Jo, Rosa Maria, com a bloguera de elrespetoeslapuertadelapaz, convoco a tots els lectors al claustre que tindrà lloc a Sa Plomera un dia de sol de primavera.
Us saluda atentament, una exalumna (molt antiga) de l'Escola Normal de Barcelona.

P@P@LLoN@ GRoG@ ha dit...

Sa Palomera, que m'he menjat la a ... ai quin 'fallo' ...