L'altre llibre que tinc és un que em va deixar l'Andreu, que tocarà la guitarra el dia ... però això ja ho explicaré quan toqui, si ho faig. El llibre en qüestió és de José Maria Loperena i es diu "El circo de la justicia". M'hi estic fent un bon panxó de riure, el vaig començar ahir mateix, però em va quedant la constatació que, efectivament, la justícia és "un cachondeo", com deia aquell alcalde de no sé quin poble d'Andalusia, que no sabíem pas en aquell moment la raó que tenia...
Abans de marxar a plaça (avui serem vuit a sopar, si, altra vegada!, però aquest cop no són fills sinó amics) deixeu-me dir que ahir a la nit vaig veure un tros de "La pasión de Cristo", de Mel Gibson, que ja havia vist al cine, precisament amb l'Andreu, el que tocarà la guitarra el dia... ja que el capità i la Montserrat, la dona de l'Andreu, no van voler venir. "Per veure una pel·li de la que ja en coneixem l'argument i a més, en arameu, què vols que et digui" deien en el seu dia. I l'Andreu i jo ens en hi vàrem anar.
Vaig patir com feia temps que no patia. Però vaig entendre que, si les coses van anar d'alguna manera, segurament, van anar precisament de la manera que Gibson va pensar i no pas en plan romanticon, com a les pel·lícules que estàvem acostumats a veure quan erem petits, aquelles que ens endollaven per Setmana Santa, amb un Jesucrist d'ulls blaus i cara de místic. Ja he dit alguna vegada - em sembla que ho he dit al meu Camí de Santiago- que Jesucrist és, per mi, una de les figures importants de la Història. Independentment que sigui o no creient. I que segurament, si hagués viscut a la seva època, l'hauria seguit sense miraments i estic convençuda que me n'hauria enamorat sense remei. Que hagués estat corresposta o no, això ja són figues d'un altre paner i producte de la meva imaginació malaltissa.
Però... he d'anar a plaça, que aquesta nit tinc convidats! Ahir vaig fer una tarta tatin (m'estic entrenant per quan tingui néts...) avui repetiré, perquè em va quedar taaaaaaaaan bona...
Si m'animo us en donaré la recepta "pas a pas", com aquell dia dels cocos. Oído, Violette? Oído, Onixeta?
Apa, ja podeu respirar, que me'n vaig!
traducción: por la tarde, si los dioses me son favorables.
Como veis, no fueron favorables hasta ahora. Lo prometido es deuda, aunque creo que "ya" no necesitáis traducción, porque ya me entendéis. Sin embargo, no me importa traduciros "a mi manera" (ya se sabe que las máquinas esas traductoras no son lo mismo, que no personalizan, oigan)
Recuerdos a partir de una imagen. ¡Cuanto tiempo ha pasado desde que empecé la aventura del ordenador! Pero de eso ya he hablado otras veces, aquí y en los comentarios a otros bloggers, por lo tanto, no os daré más la lata. Sólo me recordaba a mi misma, ante un ¿Amstrad?... No soy capaz, ahora mismo, de recordar el nombre del prime ordenador que fue mío-mío y no de mis hijos o de mi primer marido, que él tenía uno de aquellos que se enchufaban a la tele, o sea, que la tele hacía de monitor y se tenía que “cargar” desde una cinta de cassette. Algunos bloggers ni siquiera debían haber nacido (glups). Pero volviendo a mi propia magdalena proustiana (luego hablaré, de Proust) os diré que por un momento se me ha ocurrido pensar que ahora, cómodamente y desde casa, escribo un post diario (o poco menos), envío y recibo correspondencia, “domino” a la perfección algunas de las funciones de mi pecé (vale, otras no las domino para nada, ya lo sé, pero ya me entendéis) y viéndome (como si hubiera volado por encima de mi misma) he recordado mis dolorosos dísa ante mi primer pecé, como os decía al principio, llorando como una Magdalena (no proustiana, esta vez) porque pensaba que nunca en la vida podría dominarlo. Y he aquí a Arare, explicándoles pequeños trucos a gente que todavía sabe menos que ella, como si de una Sra. Francis cualquiera de la tecnología se tratara.
Sobre Proust... después del toque de atención de jaka, aquél día en que hablé de las lecturas que me quería llevar a París... me di cuenta de que mucha magdalena y mucha historia, pero que no había leído nunca a Proust. Y no corta ni perezosa (ahí no tengo que traducir) me fui a Fnac (si, qué pasa, aunque lo critique, compro muchoen Fnac) y allí me compré la primera parte del mítico “En busca del tiempo perdido” (en catalán no lo he dicho, pero desde que vi “En busca del arca perdida” siempre pienso que Proust se parecía a Indiana Jones)... se ve que son seis libros (pero Zifnab dice que son siete) Os tengo que confesar que todavía no lo he leído. Jaka, me puedes decir de todo y más (ya me lo has dicho, pero has sido muy benévola conmigo) me lo merezco. En aquél momento estaba con la biografía de Montserrat Roig – que ya terminé- y luego empecé con “París no se acaba nunca, de Vila Matas, que me había recomendado Frac y que también he terminado. Y también tengo dos que esperan ser leídos, todos ellos, antes que Proust. Uno de ellos se llama “El hilo de Ariadna”, de una tal Mariona Masferrer, que no conzco, y que me dejí Feli, la amiga que me soporta cuando vamos a caminar y, a veces, a correr. Cuando corremos no tiene que soportar mis confesiones, porque no puedo ni hablar, sólo se puede oir “buf buf”. Cuando caminamos, la pobre me escucha en confesión y casi diría que a veces me acaba dando la absolución. Bendita sea, tiene el cielo ganado.
Sigo cuando vuelva del Caprabo, lo juro (Arare, no jures, que tienes once a comer otra vez...)
Ya he vuelto y ya estoy con la comida de hoy (nueve, otra vez.... dioses del Olimpo, quiero descansaaaaaaaaaaaaaaaaaaar!!!)
El otro libro que tengo es uno que me dejó Andreu, el amigo que toacrá la guitarra el día... pero eso ya lo explicaré en su momento, si lo hago. El libro en cuestión es de José María Loperena y se llama “El circo de la justicia”. Me estoy riendo bastante con él, lo empecé anteayer y me va quedando la constatación – una vez más- de que la justicia es “un cachondeo”, como dijo aquel alcalde andaluz no recuerdo cuando ni por qué motivo, no sabíamos entonces cuánta razón tenía, el hombre...
Antes de irme al mercado (el día que lo escribí) os dije que el miércoles por la noche (¿o fue el martes?) vi un trozo de la película de Mel Gibson “La pasión de Cristo”, que ya había visto en el cine, precisamente con Andreu, ya que ni Montserrat, su mujer, ni el capitán, quisieron ir con nosotros. Decían que para ver una peli de la que ya conocen el argumento y encima, en arameo, que no venían. Y no vinieron. Me hizo sufrir mucho, la película. Pero entendí que, si las cosas fueron de alguna manera, es más probable que fueran como en esa película que como en otras, mucho más romanticonas,que nos han ido endilgando a lo largo y ancho de los años, con unos Jesucristos guapos, de ojos azules y cara mística. Alguna vez he dicho – creo que en mi camino de Santiago- que Jesucristo, para mi, es una de las figuras más importantes de la Historia. Independientemente de que yo sea o no creyente. Y que, si hubiera vivido en aquél tiempo, me habría enamorado perdidamente de él. Que hubiera sido correspondida o no, eso ya es otra historia, producto de mi imaginación desbordante (que no desbordada, todavía). Y ahora añado que ya sé que para los creyentes este comentario puede llegar a ser uuna blasfemia. Pues pido perdón humilremente, pero lo sostengo.
Y ahí ya lo dejé, que tenía que ir al mercado, que por la noche tuve invitados. Repetí una tarta tatin, el miércoles por la noche ya hice una y puedo decir que esta vez quedó igual de buena pero menos bonita de aspecto (me faltó media manzana para “tapar agujeritos”) habría quedado más mona, pero en fin... que estaba – dicen, porque a mi no me gusta- riquísima.
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