Et voilà!

Bueno, vale, voy a explicaros. Empiezo, pues, ya que tampoco se trata de alargar demasiado esto, que hay muchos temas de actualidad que no se puede “comer” un jueguecito.

1) Ciertamente, mi primer amor, ese de los 14 años, ese amor divino que surgió entre canciones de Raimon, de Lluís Llach y entre reivindicaciones patrióticas, que convirtió aquello del puño en alto en dos manos unidas y tiernas miradas por debajo de las fundas de las guitarras y las pilas de jerseis y de anoraks… hoy en día es un músico y compositor famoso en el entorno de la música clásica. No voy a decir su nombre porque tiene familia y porque no creo que se “entretenga” en menesteres como el de aparecer en un blog. Pero si alguien conocido tiene mucha curiosidad, en privado, se lo diré sin problemas.

2) La segunda es verdad y mentira. Es verdad porque participé en una de las regatas de la Ruta de la Sal, pero es mentira que lo hiciera “a dos”. Participé, junto con el capitán, en un velero ruso llamado “Mir”, que acompañó simbólicamente a los regatistas en el año 1990 y lo hice junto a unas 400 personas más. Prometo foto (tengo que buscarla, pero a fe de los dioses que la tengo). De todos modos, tal como ha sido formulada, entraría dentro de las mentiras.

3) La tercera es completamente cierta. Durante un año trabajé en un banco y allí conocí a Jordi Rebellon, el actor que encarna al Doctor Vilches de Hospital Central. Hace mucho tiempo, de eso, y no sólo fuimos de excursión a Montserrat sino también a otros muchos sitios. Una curiosidad es que varios años seguidos, con todo el grupo de amigos, lo fuimos a ver actuar en “Els Pastorets”, en el teatro de su barrio, donde hacía el papel de demonio. Es un hombre encantador, a quien todavía veo de vez en cuando.

4) Es cierto que estudié en el Instituto del Teatro. Dos cursos. Pero no estudiaba para actriz, sino que estuve haciendo un curso para maestros donde se impartían cosas tan diversas como “Expresión corporal”, “música”, “expresión oral”, y otras “expresiones” que me llevaron a plantearme – incluso- si me apuntaba a la comuna del grupo “Comediants”, que estaba empezando entonces. Habían estrenado ya su “Sol,solet, espectacle de carrer” y estuve a un paso de ello. Me “salvó” la vocación de maestra que tenía ya desde los 3 años y la aparición en escena de quien sería más tarde el padre de mis hijos. C’est la vie.

5) Completamente cierta. Antón Font, el director de El Timbal, era quien nos daba las clases. Nunca me había reido tanto, nunca había disfrutado tanto como en esa época (que coincidió con mi trabajo en el banco y con el I. del T. Si, es que entonces yo tenía mucho tiempo… lo de la familia numerosa llegó mucho más adelante, jejeje)

6) Lo más cerca que he estado del cuerpo de baile de Gades ha sido aplaudiendo a rabiar desde la platea. Falsa como un duro sevillano, aunque –eso si- conocí a una chica que sí bailaba en el conjunto, que había estado conmigo en la academia de danza donde yo había estado desde los 10 años hasta los casi 20, haciendo baile clásico y español.

7) Jamás he publicado un libro de poemas, porque como poeta soy malísima. Ello no quiere decir que alguna vez publique algo de prosa, si alguna editorial con ansias suicidas se decidiera…

8) Cierta, cierta como la vida misma. A los 17 años empecé a trabajar como maestra de escuela, cumplí los 18 ese mismo octubre. Y ejercí de maestra, pasando por todos los cursos -antes, eso era habitual- desde P5, que no se llamaba así, sino Segundo de Párvulos, hasta 8º de EGB, que ahora sería equivalente a 2º de ESO, creo. Tranquilos, que no cunda el pánico: nunca di clases de matemáticas.

9) Nunca he dado clases en una escuela de adultos. Sí que he impartido técnicas y estrategias de aprendizaje a un grupo de profesores adultos, pero no clases de catalán.

10) Nunca he pillado una neumonía, jejeje…

Al mediodía os contesto a todos. Ahora no puedo. ¡Buenos días, no os pongáis de mala leche con las noticias habituales, por favor, que es luneeeeees...