La historia que plantea esta ópera es una especie de obsesión que tiene un hombre por su mujer muerta, que no puede olvidar de ninguna manera. Pero no es el argumento lo que más me interesa de esta obra, que también, no nos equivoquemos, pero no es el principal aliciente.
Para mi, el momento de entrar en el teatro ya es algo especial. Muchas veces me he comparado con los que van al campo de fútbol. El precio de las entradas viene a salir más o menos por el mismo precio (dependiendo del partido y si no, mirad el cristo que han armado ahora con las entradas para ver el Barça en París).. pero no nos vayamos por los cerros de Úbeda.
Ayer el tenor “oficial”, Norbert Schmittberg, estaba muy resfriado y en la segunda parte fue sustituido por otro del que no recuerdo el nombre, pero si uno era bueno, el otro quizá era mejor, no sé como decirlo.
Hay momentos de Die tote stadt que me sentía transportada a un musical ( teatro de género musical no operístico, quiero decir). Pienso que en general, los que no entendemos mucho, estamos muy influidos por las óperas italianas (tan dulces que a veces rayan lo empalagoso) quizá estoy cometiendo un sacrilegio al decir esto, pero tengo la mala costumbre de decir lo que pienso.
A mi, cualquier cosa que en ópera o ballet se salga de lo habitual y sea capaz de “transportarme”, me encanta y puedo decir que este año estoy disfrutando muchísimo. Entre Otello, Wozzek y los dos ballets que vimos al empezar la temporada – Maurice Bèjart homenajeando a Brel y Bárbara y el Netherlands Dans Theater – os puedo decir que he sido, musicalmente hablando, la mujer más feliz de la tierra. Pero volvamos a ayer: en el espectáculo de ayer se unían muchas cosas: el buen canto, la escenografía, absolutamente lograda, la maravillosa puesta en escena de las partes oníricas, las paranoias y los sueños del protagonista, una delicia visual y auditiva... yo creo que me quedé pegada a la butaca y abrí la boca desde el primer momento hasta el último.
Por dos o tres veces, tanto la soprano como la contralto como el tenor, tuvieron que cantar tumbados o en posturas realmente incómodas. Yo siempre he dicho que a los cantantes de ópera les hace falta trabajar el cuerpo. En este caso opino lo mismo, porque la soprano no desprendía toda la sensualidad que cabía esperar de ella y sus movimientos eran más bien bruscos, pero se le podía perdonar todo sólo con la expresión de su rostro y con aquella calidad de voz que me hacía estremecerme cada vez que abría la boca (ella, porque yo la debí mantener abierta todo el rato). Para bien o para mal, sé lo que es trabajar la voz y os puedo decir que las filigranas que les vi/oí hacer, me llevaron al éxtasis, musicalmente hablando, claro, en muchos momentos. Y finalmente y para no cansaros, repito por enésima vez que la orquesta del Liceu se merece las mismas ovaciones y “bravos” que los cantantes porque se han tenido que aprender todas las óperas (¿os parece poco?)... ya, ya lo sé que es su trabajo y que sólo faltaría y que... pero, buf buf buf...
En fin, ¿sabéis qué pienso? Que si la humanidad en peso cantara más y se enfadase menos... ¡otro gallo nos cantaría!
8 comentaris:
arare...ya me llego el libro!!!!!!!
y el correo :)
no puedo parar de leerlo
besos!
Gràcies, Arare. Entre les teves impressions personals i l'obra que m'he baixat d'internet, podria dir que "gairebé ja hi he anat" :) tot i que sé que no és cert del tot, em falta l'emoció visual que tu vas poder gaudir. Ai, no es pot tenir tot... Però, mira, qui no es conforma és perquè no vol.
Petons.
Ay Cuca en Sucre... La entrada al Liceo y al Palau de la Música siempre me ponen los pelillos de punta... qué quieres que te diga... Ya sólo estar en el espacio físico es toda una delicia.
Yo de ópera ando pez pero poquito a poquito voy cultivando mi odio. Gracias por la recomendación bichillo.
Petonets i bona setmana sol-solet
No se puede describir con más entusiasmo.
Te envidio esa pasión.
Mira, de acuerdo al 100 por 100 con toro salvaje
Com ja saps l'ópera no m'entusiasma, hi ha alguna que m'agrada, però vaja. A més, potser perquè m'agrada massa el teatre, l'òpera em resulta com un teatre fals i encara que comparteixo el que una vegada li vaig sentir a la meva Vanessa Redgrave que "singing is when speaking is no enough", què vols que et digui? d'un poema fer una cançó ho entenc, que és el que es referia l'actriu anglesa, però d'una obra de teatre omplir-la de cançons no ho entenc. Evidentment, estic segur que estic fent lluïment de la meva ignorància, però és com ho veig. Això no treu que et feliciti per l'entusiasme que en tu desvetlla.
Charruita me alegro de que te haya llegado el libro que te mandó Son y de que estés entusiasmada con él. Yo no he trabajado ni media de lo que te dije... pero estoy en ello. Un besete.
Aladern, un dia en parlarem cara a cara, de l'òpera, de la música i de la poesia (bé, espero que no se'm quedi en simple desig). Petó mariner.
Son, reina mora, supongo que lo que cultivas es el oído, de lo cual me alegro, yo no sé qué sería de mi sin la música...y eso que jamás he hecho de ella mi profesión.Sol-solet, vine'm a veure... un petó assolellat!!!
Torosalvaje, tú te apasionas con la poesía, igual que Julia, igual que Ignacio, a quien doy la bienvenida de nuevo al mundo blogero, como mi amiga Meli, la del sur, a quien un día le pediré un poema para ponerlo como post si me deja... y yo soy incapaz de hacer rimar dos palabras (bueno, dos si, pero no más) :P (beso grande para ti)
Albert, se te puede perdonar que no te guste la ópera por tu sensibilidada en otras cosas, así que no passa res. Yo te quiero igual, ja ho saps!
Manel, què t'he de dir que no t'hagi dit, a tu? pues... bueno, que yo envidio la capacidad que tienes de buscar los tres pies al gato en materia de palabras y de hacernos pasar un rato tan agradable en tu blog. Creo que el buen humor es casi tan imprescindible como la música!!! un beso risueño para ti.
Very pretty design! Keep up the good work. Thanks.
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