No sé si tirarme al tren o al maquinista (buena frase de mi amiga Elena)

Fui a recoger mi título (el último, cuya carrera terminé el 2001, como aquella odisea). Parece ser que, aunque lo tenía pagado, he tenido que esperar a que Su Majestad pusiera la firma... esto de hacer títulos debe de ser muy cansado, digo yo. Hace algún tiempo que está terminado, sin embargo, que ya me avisaron; pero vaya... sigo pensando que cuando terminas la carrera pagas y te lo dan cuando pueden, porque elaborarlo es cansadísimo, pobres. Además, tiene que pasar por Madrid (¿no?)... es que aquí no tenemos al rey. Podría firmar la infanta, pero no sé si vale.

Total que fui a la sede que la UOC tiene en Barcelona (una de ellas, no importa cual) y ahí me emocioné. Quiero decir que mientras me buscaban el título empecé a mirar "catálogos" como una loca. Si en lugar de la edad que tengo y de ser abuela (diosmio) hubiera tenido otra edad (otra edad menor, quiero decir, claro está) habría intentado pedir alguna beca para irme a cualquier país europeo a estudiar cualquier cosita... pero en un ataque de lucidez ahí me di cuenta de que estaba soñando y abandoné la gestión para dedicarme a tareas más realistas como por ejemplo, pedir información para presentarme a concurso (ya veremos, es una posibilidad) para ser profe de algo. Bien mirado, podría ser tutora o podría dar cualquier asignatura de Hª del Arte (para los de Humanidades) o cualquier asignatura de Psicopedagogía (para los estudiantes de Psicopedagogía, of course)... bueno, cualquiera, no, la verdad. Pero alguna, si. Porque como me pusieran a dar matemáticas o inglés, los pobrecitos estudiantes lo tendrían crudo.

Cuando me di cuenta de que quizá el sueño se estaba pasando de la raya, bajé de nuevo a la tierra y pensé que quizá (sólo quizá) podría estudiar una nueva carrera (mi marido me mata y mis hijos dejan de hablarme para toda la vida)... estuve sopesando el hecho de ponerme a estudiar filología catalana, que puede que no sirva para ganar dinero, pero mola. Claro que, si me remito a los hechos - a mis hechos- nada de lo que he hecho jamás me ha servido para ganar dinero. Sólo para ir tirando y gracias. Pero estoy satisfecha.

Total, aquí tengo la información, que voy leyendo y releyendo. Mi marido no lo sabe (no sabe que voy leyendo la información) así que este post es, directamente, un ataque de cuernos. Cuernos estudiosos, por supuesto.

Espero ver a mi nieto y a mi mamá (hoy que es su día, pobrecita, que el mío no lo ha sido nunca, porque soy de otra época y en casa no lo celebramos, eso del día de la madre)... espero verlos, digo, para acabar de poner los pies sobre la tierra, bajarme del limbo y darme cuenta de que no por tener cinco o seis carreras me van a querer más. Ya me quieren tal como soy. ¿Para qué volver a liarme, verdad?

¿Algún voluntario para venir a caminar? vengaaaaaaa, sólo necesitáis las zapatillas (todo lo demás es accesorio)... esto... ¡o voluntaria, claro!

¡hale hoppp! ¡Feliiiiiiii, que voy!