Una abraçada

Después de pasar una semana en casa, veo que me ha sabido a poco-poquísimo. Que en un par de días voy a estar otra vez echando de menos a Martí (y a sus papás), a todos los demás, a mi mamá, que este año está mucho mejor que el pasado, a Xat, que no ha querido saber nada de nosotros (pobre, encima de que le traemos una competidora pretendemos que esté feliz y contento y "el tío" pasa de nosotros olímpicamente) en fin, que vamos a continuar viaje, pero por lo que veo, cuando una es agüelica le cuesta más dejar el entorno cotidiano atrás. ¡Cof-cof!

Me llevo unos cuantos libros, otros cuantos volverán, unos ya leídos, otros, como Villa diamante, a medio leer.

Me envío a mí misma unos pocos docs de relatos que tenía empezados y que me olvidé de "meter" en el disco duro móvil (ocomonarices-sellame) y que luego no pude continuar...

Ya os aviso de antemano: no he podido entrar en todos los blogs que me hubiera gustado, no he tenido tiempo. ¿A que parece mentira? Pues es verdad: se me acumula el trabajo, o es que soy una desordenada y no sé administrar mi tiempo, aix...

Y dicho esto, me despido de todos con un abrazo virtual hasta que pueda volver a escribir, que no sé cuándo será.

¡Ah! He conocido a Josep Lluís (por fin) y me ha encantado que así fuera. Josep Lluís, encara em deus una cocacola, eh? ;) que de moment només em vaig menjar un geladet...

Y ya. Que la Taca tiene pis.